miércoles, 30 de octubre de 2013

¿Por qué trabajar por mi gente?




Esta es mi declaración respecto al por qué busco trabajar por mi región y por mi ciudad.

fragmento del artículo publicado por la prensa El Planeta.





“Yo veía, sentía que Surtigas crecía como compañía, se fortalecía, pero la ciudad se iba agrandando y se llenaba de más problemas y realmente yo no veía a ninguna persona que quisiera preocuparse u ocuparse de los problemas de Cartagena, siempre veía como la clase política quería estar en su negocio, en su vuelta, pero no ocupados de la ciudad, desde la ventana de mi oficina yo veía eso, miraba para la zona suroriental y los problemas más grandes en inseguridad, atención en salud, pésimo nivel educativo, pésima movilidad, falta de oportunidades para la gente, entre otros y la única causa que encuentro es una mala administración de lo público por parte de quienes son elegidos y quienes son nombrados en los cargos de libre remoción”. 

lunes, 28 de octubre de 2013

Columna de opinión acerca del "Mello Otoya"


Columna de opinión publicada en la prensa local Cartagenera, luego de mi campaña aspirando a concejal de mi ciudad y del resultado de los escrutinios electorales.
Espero que esta columna los aproxime a conocerme un poco más.

Publicado en El Universal.

Por: Jorge Enrique Rumie

¿Se ahogó el Mello?


Conocí al Mello Otoya en la época del trompo y la bolita de uñita. Cuando jugábamos de niños  a “la latica” en las noches infinitas de vacaciones o cuando pateábamos el balón en la mitad de la calle, sin que los carros molestaran la partida.
Con Otoya nos criamos en una cuadra que tenía tantos pelaos, que en las épocas de clase llenábamos 3 buses de colegio. Y los viernes tempranito se formaban unos carnavales del carajo, pensando en el fin de semana venidero que nos permitiría pescar y bañarnos en las bellas aguas de la bahía. Eran otras épocas.

El Mello perdió a su padre muy temprano, cuando aún era un niño. Y su mamá, “la vieja Berta”, como le decíamos cariñosamente, con su verraquera, se echó encima la pendejadita de levantar 8 hijos pequeños (6 varones y 2 mujeres), cuando aún no cumplía los 36 años.


Nunca olvidaré cuando la “vieja Berta” bajó las escaleras de su casa para almorzar y encontró a 4 de sus críos descamisados en la mesa del comedor. Como no le atendían el llamado para que se vistiesen, se quitó también su blusa, ante el espanto de sus hijos. Como aún no reaccionaban, amenazó con quitarse su “brasier”. Y déjame decirte que la tropa salió corriendo despavorida a cubrirse, pues ella era capaz de hacerlo. 


Tiempo después, el Mello terminó su carrera universitaria. Fue empresario, y como sabemos, manejó con calificación sobresaliente a Surtigas durante 20 años.


A principios de 2007, siendo aún gerente de la empresa de gas, se reunió con el grupo de 1815 para manifestar su interés por participar en la preselección electoral de la Alcaldía de aquella época. Nunca pudo hacerlo, porque al manejar una empresa de servicio público tenía la obligación de retirarse con la anticipación mínima de un año.


Para no incurrir en la misma inhabilidad, en 2010, el Mello seguía con su idea y contactó nuevamente a 1815 para decirle que haría las cosas con tiempo. Su renuncia era un hecho, como en efecto lo hizo.


La decisión de Otoya resultó un acto de locura para muchos, teniendo en cuenta el salario devengado en Surtigas. Para él, por el contrario, según me comentó en privado, era un acto de agradecimiento con la vida y quería ayudar desde la Alcaldía. Pasados los días, cerca de elecciones, le tocó abstenerse de lanzarse, como era su deseo, ante un imprevisto familiar. Finalmente, se lanzó al Concejo distrital, a nombre del movimiento “Sí se puede”.


Otoya sacó una votación decorosa, pero le faltó el centavo para completar el peso. Irónicamente, le fallaron los votos de los nativos de las islas del Rosario, a quienes ayudó durante 20 años con la fundación Surtigas. Con un potencial de 400 votos, le resultaron 9; el resto, según dicen las malas lenguas, no aguantó la tentación de recibir cositas de último momento, y la ignorancia y la pobreza les ganó la partida.  


¿Se ahogo el Mello? Jamás. Por el contrario, quería decirle que le admiramos. Y como todo buen hijo de “la vieja Berta”, tuvo los pantalones de tomar una decisión que pocos emularían. Mello, Cartagena te espera, y por lo pronto, ella es la que pierde.




miércoles, 23 de octubre de 2013

Mi Hoja de Vida


En mi interés de conformar un gran equipo con toda mi gente Bolivarense, con el fin de llegar a una transformación positiva de esta hermosa región, desde mi camino como aspirante a la Cámara de representantes, publico mi Hoja de Vida, comprendiendo que aquellos que aspiran a representar a su pueblo no pueden ser unos desconocidos para ellos. Invito a todos y todas a que me conozcan.